SANA en Español
Damasco, 02 ago (SANA) Increíble que líderes y lideresas que tienen mediana claridad sobre el histórico y nefasto papel intervencionista de Estados Unidos y sus aliados en América Latina, hoy cierren los ojos ante una realidad apabullante: No es una confrontación entre Maduro y Corina, o entre el Gobierno y la derecha venezolana, es un enfrentamiento entre la soberanía y autodeterminación de un pueblo contra los intereses imperialistas.
Sí, imperialistas, aunque se diga ahora que el término es anticuado y de la vieja izquierda radical.
Más de 130 fuertes sanciones económicas sobre Venezuela impuestas por los Estados Unidos, el robo de activos nacionales como empresas petroleras y oro por parte del gobierno norteamericano e inglés es lo que hoy defienden quienes desconocen el resultado electoral.
Estados Unidos y sus aliados en la OTAN van por Venezuela y toda América Latina. ¿No se dan cuenta?
“Reconocemos el valioso trabajo del Consejo Nacional Electoral de la República Bolivariana de Venezuela que garantizó la realización de elecciones en todo el territorio venezolano a través de un mecanismo electoral con los mayores estándares de transparencia y auditabilidad que los colocan como uno de los mejores del mundo”, ha reafirmado clara y contundentemente la misión de observación electoral que estuvo y está aún en Venezuela, compuesta por más de 700 observadores y delegados en representación de 107 países.
Esto para algunos gobiernos progresistas latinoamericanos no sirve, para ellos sirve es la versión de una derecha opositora avara, corrupta y entreguista como la que lidera Corina y sus secuaces.
En especial algunos gobiernos latinoamericanos, al desconocer los resultados del sistema electoral venezolano, al minar y debilitar la legitimidad de las decisiones del pueblo, se desconocen a sí mismos, dan carta de autorización para que les hagan lo mismo más temprano que tarde.
Desde las guerras de independencias en los países bolivarianos y latinoamericanos, se sabe que el intervencionismo y las medidas sancionatorias como medidas de control y presión conllevan a un arrodillamiento de los pueblos a los designios imperiales de potencias extranjeras.
Al desconocer a Venezuela y las decisiones de su pueblo, arrodillan también a sus naciones. ¿No se dan cuenta?
Así las cosas, surgen cuestionamientos: ¿qué ganan algunos gobiernos, partidos y fuerzas progresistas con apoyar el intervencionismo y la desestabilización en Venezuela?; ¿ante quién quieren quedar bien?; ¿será que Estados Unidos va a cambiar su política de guerra imperialista contra nuestras sociedades?; ¿piensan que se ganarán la indulgencia del amo?; ¿no se dan cuenta que Estados Unidos a través de su Comando Sur arrastra a América Latina hacia una guerra generalizada?; ¿no ven que ya lo lograron en Perú, que lo acaban de intentar en Bolivia, que en Argentina lo lograron?
Señores, no se presten para desestabilizar a Venezuela, si lo logran, también desestabilizarán toda la región y el subcontinente latinoamericano y unas de las primeras víctimas serán Colombia, Chile y Brasil. ¿No se dan cuenta?
Hacemos nuestro este llamado de la Misión de Observación Electoral: “Llamamos a la comunidad internacional a respaldar el proceso democrático venezolano y condenar los intentos de desestabilización y violencia generado por la extrema derecha venezolana, internacional e imperial”.
Más allá de diferencias y disensos sobre la ruta, el modelo y las formas de gobierno de Venezuela, está la defensa de la soberanía popular de nuestros Estados y sociedades, si cae Venezuela, caerá América Latina.
¿No se dan cuenta? Abran los ojos y ubíquense en mínimos de autoestima continental.
Fuente: Seminario Voz
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