La visita de Pedro Sánchez a América Latina: ¿comercio o geopolítica?

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, culminó el 26 de agosto su primera gira por América Latina, en la que visitó Colombia, Ecuador y Honduras en medio de un escenario mundial marcado por las sanciones a Rusia, consecuentes del conflicto con Ucrania.

Damasco, 29 ago (SANA)   La gira de Pedro Sánchez por América Latina deja entrever intereses económicos pero también geopolíticos, explicó a Sputnik el analista colombiano Javier Calderón. “España se convierte en un referente para sostener el diálogo con la región, en un proceso de desestabilización de la Unión Europea y crisis global”, sostuvo.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, culminó el 26 de agosto su primera gira por América Latina, en la que visitó Colombia, Ecuador y Honduras en medio de un escenario mundial marcado por las sanciones a Rusia, consecuentes del conflicto con Ucrania.

En su visita, Sánchez se reunió con sus homólogos latinoamericanos: comenzó su gira en Bogotá, donde fue recibido por el mandatario colombiano Gustavo Petro, y luego mantuvo encuentros con el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro.

Durante la gira, el español entabló compromisos a nivel comercial que buscan la promoción de las inversiones en la región y la diversificación de las exportaciones, la búsqueda de apoyos políticos, así como el tratamiento del tema migratorio.

En diálogo con Sputnik, el magíster en Sociología y miembro del Grupo de Pensamiento Crítico Colombiano del Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe, Javier Calderón, dijo que España persigue objetivos “en materia económica, política, y de geopolítica” con América Latina, una región con la que mantiene “lazos históricos formados desde el período colonial”.

El país europeo tiene presencia de empresas financieras e industrias en la región. Grandes entidades bancarias como BBVA o el banco Santander operan en América Latina y generan ganancias para España.

Lo mismo sucede en materia energética, con participaciones españolas en hidroeléctricas y petroquímicas. Es el caso de Repsol, que solo en América Latina y el Caribe tiene presencia en México, Colombia, Venezuela, Trinidad y Tobago, Guyana, Perú, Bolivia, Chile y Brasil.

Tan solo en Colombia, que es considerado un país estratégico para la compañía y clave para su desarrollo económico, la empresa ha realizado tareas de exploración en 19.295 kilómetros cuadrados y desarrolla su producción en plantas de 211 kilómetros cuadrados.

Según Calderón, los contratos de infraestructura energética son también de especial interés para España, que busca desarrollar negocios con Colombia, Ecuador y Honduras pero también con otros países de la región.

“Ellos hablan de inversiones, (…) más bien vienen a buscar contratos, buscar recursos de los estados latinoamericanos para fortalecer sus empresas y por supuesto para llevarse capitales a España que necesita incorporar recursos a su debilitada economía”, advirtió Calderón.

Para el analista, España busca continuar su “fuerte presencia económica” en la región, algo “muy “beneficioso para su economía nacional”.

Sin embargo, la visita también persigue intereses de orden político. “Los partidos españoles han tenido una relación política con América Latina, ahí la influencia ideológica y cultural es muy fuerte y ellos siguen sosteniendo esos lazos, especialmente los partidos tradicionales”, manifestó Calderón.

¿Los intereses políticos superan los económicos?

Uno de los temas centrales de la gira de Sánchez es, según destacó el propio mandatario europeo, la cercanía que España puede impulsar, como miembro de la Unión Europea, con América Latina, regiones que calificó como “hermanas”.

“La Unión Europea (UE) está obligada a reenfocar su marco de relaciones”, con América Latina y el Caribe, dijo el mandatario español durante la jornada final de su viaje.

En efecto, el Gobierno español ya se encuentra trabajando en una cumbre de líderes europeos y latinoamericanos para fines de 2023.

Calderón advirtió que el acercamiento a la región se encuentra impulsado por la “difícil” situación que atraviesa la UE. Según el experto, “el debilitamiento de su moneda los pone en un proceso inflacionario muy grande”, lo que, sumado a los “brotes de recesión mundial”, hace que España busque aliados.

Por ello la estrategia es “posicionar las empresas españolas (…) que tienen grandes dividendos en América Latina” y también “garantizar un respaldo a sus posiciones políticas en el marco de las disputas multipolares”, adquirir mayor “protagonismo” y un rol con mayor injerencia en el continente.

Sin embargo, para el analista, la posición de España puede ser beneficiosa en ciertos puntos.

En el caso particular de Colombia, los apoyos del Gobierno español en el proceso de paz y el restablecimiento de las relaciones bilaterales con Venezuela supone un “respaldo” a la gestión del primer gobierno de izquierda en el país, en el que la oposición conservadora intentará “tensionar y polarizar a la sociedad colombiana”.
Esta situación se da en el marco de una “pérdida de visibilidad e incidencia política en América Latina producto de un distanciamiento de la política exterior europea, que de cierta manera se ha supeditado a la política exterior de los EEUU”.

Además, surge en medio de una guerra comercial con China, país que se consolida como gran socio comercial de América Latina, y las tensiones ocasionadas con Rusia, en el marco de las sanciones impulsadas por la UE y EEUU a ese país, debido al conflicto con Ucrania que persiste desde febrero de 2022.

En este contexto, y de acuerdo a Calderón parece muy difícil que la UE y especialmente España impulsen una competencia en la relaciones o propicien que los países latinoamericanos se alejen del eje China-Rusia, aunque “lo van a intentar y van a incidir por supuesto, desde sus perspectivas políticas y económicas”.

Fuente: Sputnik

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