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Damasco, 28 ene (SANA) En diciembre 2023, la UNESCO incluyó el vidrio soplado tradicional sirio en la lista de salvaguardias urgentes dentro de las listas del patrimonio cultural humano.
Por este logro extraordinario, el Ministerio de Cultura, en cooperación con el Fondo Sirio para el Desarrollo, organizó una exposición de la artesanía del vidrio soplado, que incluyó diversos productos hechos de este auténtico arte en el caravasar de Khan Asaad Pasha, situado en el casco antiguo de Damasco.
Entre las actividades se estrenó un documental sobre esta artesanía que se refleja la identidad cultural de Damasco, así como el discurso del representante sirio y miembro del Patronato del Fondo Sirio para el Desarrollo, Fares Kallas, en el momento de la inclusión este elemento en la UNESCO.
Un reconocimiento especial fue concedido a los artesanos Ahmed Mahmoud Hallaq y Muhammad Mahmoud Hallaq por su papel y esfuerzos en la preservación de este auténtico elemento cultural.
La ministra de Cultura, Lubana Mushawah indicó que es muy importante preservar el vidrio soplado sirio, que ahora está en peligro de olvido, ya que el número de talleres para su elaboración era 14 y actualmente sólo quedan tres en Damasco, ya que el terrorismo ha destruido todos los talleres activos, concretamente en Alepo e Idlib, y en particular en la ciudad de Armanaz.
Tras la muerte del vidriero Muhammad Nizar Al-Qazzaz en 2014, el más antiguo en ejercer esta profesión, se cerró su taller en “Tekkiye de Suleimán” en el centro de Damasco, y ahora sólo quedan los talleres de los dos hermanos Hallaq, quienes hicieron grandes esfuerzos para preservar esta artesanía, a través de capacitar una nueva generación de jóvenes artesanos para mantener vivo este oficio, agregó.
El oficio de vidrio soplado en Siria está en vías de extinción, después de que el número de trabajadores disminuyó, los precios y los costos de energía aumentaron, y no hubo interés en él. Además, el número de clientes ha disminuido drásticamente desde el estallido de la guerra siria en 2011, ya que ha disminuido el número de turistas que son los primeros consumidores de piezas de vidrio hechas a mano, actualmente su compra se limita a un número de hoteles, restaurantes, o algunos empleados de embajadas extranjeras.
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