“Las bombas de racimo no harán ganar a Ucrania”

Las municiones de racimo que Washington enviará a Kiev no contribuirán a una victoria en el conflicto para el país gobernado por Volodímir Zelenski; al contrario: serán una maldición para las tierras de cultivo ucranianas, dijo a Sputnik el exoficial de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) de Estados Unidos, Philip Giraldi.

Ucrania podría obtener efectos contraproducentes si utiliza esta clase de municiones que le entregará el Pentágono en un futuro próximo, ya que se trata de un armamento de alto riesgo para la población civil.

“Lo que harán las bombas es matar a muchos civiles al extender sus cargas y la munición enterrada sin explotar será una lacra en las tierras de cultivo de Ucrania allí donde se desplieguen durante mucho tiempo”, aseguró Giraldi.

“[Las bombas de racimo] no harán ganar (…) a Ucrania”, sentenció el también exoficial de inteligencia del Ejército estadounidense.

El 7 de julio, Estados Unidos confirmó los rumores de las últimas semanas: dotará a Kiev de municiones que son consideradas de elevada peligrosidad por más de 100 países y por las Naciones Unidas.

El objetivo, según Washington, es fortalecer a las Fuerzas Armadas ucranianas en su próxima contraofensiva contra las tropas rusas, ya que los intentos de las tropas de Zelenski no han dado los resultados esperados, según han reconocido tanto Ucrania como Estados Unidos.

Philip Giraldi también señaló que la decisión de la Casa Blanca de enviar municiones de racimo a la nación europea se produce cuando Kiev está perdiendo en el campo de batalla contra el Ejército ruso, a juzgar por su contraataque fallido que ha sido apoyado con entusiasmo por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

El también doctor en Historia Moderna por la Universidad de Londres apuntó que la medida también ilustra la hipocresía de la Administración Biden, que anteriormente criticó el supuesto uso de tales armas el año pasado por parte de Rusia, algo que en Moscú negaron categóricamente.

Estados Unidos no es signatario de los acuerdos internacionales que prohíben el uso de este tipo de armas, cuyo despliegue la mayoría de los países considera equivalente a un crimen de guerra similar al uso de gas o de sustancias químicas, recordó Giraldi.

Washington es consciente de sus decisiones

El presidente estadounidense, Joe Biden, declaró que su país suministrará a Ucrania municiones de racimo durante un periodo temporal, mientras continúa produciendo suficientes proyectiles de artillería de 155 milímetros para abastecer a Kiev en medio de la operación militar especial de Rusia.

El embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antónov, dijo que la decisión de Washington puede leerse como un “gesto de desesperación” por parte de Occidente, que acerca a la humanidad a un conflicto mundial.

El profesor de Derecho de la Universidad de Illinois y consultor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre crímenes de guerra, Francis Boyle, cree que la decisión de Estados Unidos supone una escalada en el uso de armas de terror.

Las municiones de racimo, añadió Boyle, no harán sino exacerbar el conflicto al aumentar drásticamente el número de víctimas civiles. Además, dijo, parece estar allanando el camino para una escalada dramática del conflicto, en momentos en que la OTAN celebrará su próxima cumbre en la ciudad lituana de Vilna.

“A pesar de lo que digan en público, la Administración Biden debe conocer y comprender esta dinámica de escalada”, destacó Boyle.

Fuente: Sputnik

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