El objetivo de la OTAN es tener una Ucrania subordinada que funcione como laboratorio de guerra”

Damasco, 01 oct (SANA)   Los últimos ocho años de la historia ucraniana han estado condicionados por las acciones que, en defensa de sus intereses, ha ejercido la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el territorio del país europeo, consideró el internacionalista Christian Nader en diálogo con Sputnik.

Para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el país gobernado por Volodímir Zelenski no representa mayor interés que como laboratorio de guerra y punto estratégico para avanzar las hostilidades de la alianza occidental contra Rusia, aseguró el también historiador y experto en colonialismo y neocolonialismo.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseveró que la organización no es parte del conflicto entre Rusia y Ucrania, aunque aclaró que continuarán brindando apoyo bélico a este último país.

Además, expresó su rechazo a la incorporación de los territorios de Donetsk, Lugansk, Zaporozhie y Jersón a la Federación de Rusia, luego de que celebraran referendos con más del 80% de las votaciones a favor del proceso.

“Ucrania para ellos [los líderes de la OTAN] no tiene ninguna importancia. El objetivo de la OTAN es tener una Ucrania subordinada que funcione, justamente, como laboratorio de guerra y como centro de agresiones en contra de Rusia”, observa el historiador Christian Nader.

Desde 2014, la OTAN ha inyectado de manera explícita y simulada armamento y recursos a Ucrania, para fortalecer la posición hostil de Kiev contra las poblaciones del Donbás, sostuvo el analista.

“Todo lo que estamos viendo, el escenario que se ha montado en este momento, es consecuencia de las acciones de la OTAN [y sus promesas incumplidas ante la Unión Soviética de no recorrer las tropas de la alianza hacia el Este], opina Nader.

¿Incorporación formal de Ucrania a la Alianza?

Tanto Stoltenberg como el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, expresaron la posibilidad de que el país europeo se sume de manera formal a la Alianza Atlantista. Stoltenberg asegura que las puertas están abiertas y Zelenski afirma que presentó ya la solicitud.

Sin embargo, Nader explicó que se trataría de una decisión contraproducente para los intereses reales de la alianza militar, que se orientan a armar con grupos paramilitares al suelo ucraniano, en defensa de su posición estratégica, además de hacer pruebas de armas químicas y biológicas en el territorio, dijo el especialista.

“Esto en un país miembro de la OTAN no se podría hacer, ¿por qué?, porque incluso dentro de la OTAN tienen, entre comillas, sus propias reglas. La ventaja que tenía Ucrania es que era prácticamente es territorio de nadie con un Gobierno paramilitar”, apuntó.

Nader calcula que el principal objetivo de la OTAN será seguir armando a Kiev para continuar la confrontación con Rusia y empantanar al Kremlin en el conflicto.

El experto no descartó que, a mediano o largo plazo, Kiev se sume a la Alianza Atlantista, pero por ahora consideró que está fuera de los intereses concretos de las potencias occidentales.

Si bien la posición hostil de Ucrania y la OTAN al Donbás continuará, su reconfiguración de estatus como pertenecientes a Rusia hará muy distinto el significado y alcance de las agresiones.

El discurso de Putin contra la hegemonía de EEUU

El 10 de febrero de 2007, en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, advirtió en un discurso que Estados Unidos buscaba construir un mundo unipolar y rechazó desde entonces la aproximación de las fronteras de la OTAN hacia territorio ruso.

Nader explicó que las afirmaciones del mandatario ruso en aquel año constituyeron una respuesta a la estrategia de Washington de asegurar que el siglo XXI estuviera direccionado por los intereses de Estados Unidos, para lo que intentó socavar el crecimiento de fuerzas asiáticas como China, Pakistán y la India.

Desde 2001, tras el atentado contra las Torres Gemelas de Manhattan, el Gobierno estadounidense utilizó esos hechos violentos para legitimar sus acciones de frenado contra Asia durante la siguiente década.

“En ese momento, Washington sabe que prácticamente el crecimiento de China y la reestructuración de Rusia después de los terribles años 90 no se pueden frenar”, apunta el internacionalista.

“En ese momento empieza a configurarse un nuevo orden geopolítico y económico global dentro del sistema mundo capitalista, en el que Washington ya no va a llevar la batuta. Lo que está ocurriendo en Ucrania es solamente un escenario”, subrayó.

El proceso que se vive actualmente en Kiev no terminará en las condiciones actuales, dice el analista. Además, estima que las hostilidades occidentales no se dirigen sólo contra Moscú, sino que también buscan debilitar a fuerzas como China e Irán.

“Estamos viendo un escenario gigantesco de múltiples procesos de injerencia en contra de naciones que no se alinean a la dirección washingtoniana de las cosas”, comentó.

Ejemplos de que son varios los posibles frentes occidentales contra Rusia pueden desprenderse de la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN, además del posible sabotaje a los gasoductos del Nord Stream en el Mar Báltico, dijo.

En este escenario, recordó que Suecia en realidad nunca ha actuado como un país neutral en las tensiones entre Rusia y Occidente, pues es uno de los principales productores de armas, fabricante de aviones y otras herramientas estratégicas.

Un esfuerzo por balcanizar Rusia

Uno de los objetivos de la OTAN al sostener frentes antirrusos en Ucrania o las fronteras finlandesas es la balcanización del territorio de Rusia, como ha intentado antes en distintas vías, calificó Nader.

Sin embargo, las intenciones de Washington y sus maniobradas a través de la Alianza Atlantista, se encuentran en un mundo muy distinto al que existía hace 30 años, declaró el experto.

“Este proceso es sumamente riesgoso para Washington, a diferencia de lo que ocurría en los 90 ya no es la potencia unipolar, excepcional de todo el mundo”, sintetizó.

Fuente: Sputnik

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