“EEUU necesita dejar de poner toda su fe en las armas que manda a Ucrania”

Damasco, 02 sep (SANA) Apenas el pasado 24 de agosto, el presidente de EEUU, Joe Biden, anunció el envío de unos 2.980 millones de dólares para la compra de armamento y drones para el ejército ucraniano, con lo que ya suman más de 10.000 millones de dólares en apoyo.

A esto hay que sumar el paquete de 40.000 millones de dólares que el Congreso de EEUU autorizó desde mayo para entregar al ejército ucraniano.

La razón detrás de la desesperada apuesta de Biden por inyectar millones en el conflicto en Ucrania:

Voces republicanas como la de Thomas Massie y Greg Steube han criticado las decisiones del Gobierno estadounidense, toda vez que no existen garantías de que el dinero llegue directamente al ejército ucraniano ni que esté usando las armas.

En un artículo para Business Insider, Benjamin Giltner, colaborador de la organización Defense Priorities, cuestionó el destino del armamento enviado a territorio ucraniano y advirtió que las armas podrían ser usadas en contra de EEUU.

Esta posibilidad también ha sido advertida por investigadores como Jordan Cohen, del Instituto Cato, quien considera que este problema podría volver en contra de EEUU en los próximos 10 años.

La OTAN y los miembros de la Unión Europea han sido generosos enviando armas a Ucrania. Sin embargo, crecen las preocupaciones sobre dónde podrían terminar y la demanda por un sistema de rastreo para ubicar su movimiento. Son preocupaciones legítimas. Nadie quiere que un adversario, o uno potencia, tenga armas”, advierte Glitner.

El articulista enlista varios casos en los que EEUU ha sido testigo de cómo las armas que envía para apoyar a sus aliados terminan, después, siendo usadas en su contra.

Uno de los ejemplos más ilustrativos es la guerra de Irak, en la que EEUU envío armas al ejército iraquí que terminaron en manos de insurgentes que luchaban contra el ejército estadounidense.

En Siria, durante la llamada operación Timber Sycamore de 2013, las armas usadas para entrenar a los rebeldes sirios en Jordania terminaron en posesión del grupo Nusra Front, considerado por el Gobierno de EEUU como una organización terrorista.

Una situación similar sucedió en la guerra civil de Yemen cuando las armas estadounidenses llegaron hasta al-Qaeda.

Para especialistas como Rachel Stohl y Ej Hogendoorn, el principal problema son las armas pequeñas, dado que son fáciles de esconder y traficar, además de que son de uso más sencillo.

“Los legisladores de EEUU necesitan evitar tener tanta fe en la entrega de armas como meta internacional. No hay duda que las pistolas y las armas son parte de la política exterior. Sin embargo, existen otras herramientas, como las negociaciones diplomáticas, que también pueden servir a EEUU para lograr sus objetivos en política exterior.

crania y EEUU necesitan usar algo más que armas para terminar esta guerra”, opina Benjamin Giltner.

Fuente: Sputnik

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