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Alepo, 26 feb (SANA) Con un pequeño proyecto de cultivo de setas blancas en la zona de al-Safa de Alepo, cuatro licenciados universitarios, en las especialidades de Agronomía y Derecho, se juntaron para trazar la fisonomía de un proyecto propio.
La idea de poner en marcha el proyecto se formó durante las jornadas de estudio de la universidad, según declaraciones de la ingeniera agrónoma Georgina Faks a la reportera de SANA, pues más tarde ella y sus compañeros obtuvieran un subsidio que les permitiera comenzar a preparar una sala de aislamiento que incluyó estantes metálicos y aspersores para el cultivo de hongos, además de instalar paneles solares para generar corriente eléctrica.
El ingeniero Antoine Rabat aclaró que el ambiente apropiado para el cultivo de hongos blancos consiste en un “compuesto” o paja añadida a algunos materiales orgánicos, saturados de semillas de hongos, donde se da el llamado proceso de incubación en dos etapas, cada una dura unos 15 días.
Señaló que la primera etapa se diferencia de la segunda por la ausencia de suelo para cubrir el “compuesto” que crece en temperaturas fijas de 25 grados centígrados, señalando que después de la primera etapa, las temperaturas se reducen a 16 grados centígrados y continuamente se garantizan las condiciones adecuadas para la maduración de los hongos, ya que el período desde la siembra hasta la cosecha dura casi un mes.
Para la viabilidad del proyecto se necesita comercialización, y este es el papel que desempeña el abogado George Rabour, que se ocupa de los asuntos de marketing, y quien habló con optimismo sobre sus planes para cubrir las necesidades del mercado local de setas blancas.
La ingeniera Gianna Hajji destacó el éxito de este proyecto colectivo, e hizo un llamado a las generaciones más jóvenes para que aprovechen sus potencialidades en el desarrollo de proyectos agrícolas, especialmente la producción de hongos porque –según dijo- tienen un valor nutritivo importante y son rentables.
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