Damasco, SANA
Desde el 2014, de manera ilegal y por encima de cualquier resoluciójn de Naciones Unidas, Washington estableció bases en la norteña provincia siria de Hasaka y en la frontera sureste de este país del Levante con Iraq y Jordania.
De esa fecha al presente, redistribuyó tropas en 13 bases, controló yacimientos de petróleo y gas en las de Raqqa y Deir Ezzor sobre el principio de un ‘irrestricto’ apoyo a las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), integradas mayormente por kurdos.
Al mismo tiempo, respalda los sistemáticos ataques con misiles- más de 200 en los últimos dos años- del régimen sionista de Israel contra territorio sirio desde las ocupadas Alturas del Golán y áreas de Palestina, más allá de regiones de Damasco, Homs y Deir Ezzor.
Simultáneamente, incrementó el bloque económico y comercial, amplió desde junio último la denominada Ley César para sancionar incluso a terceros países vinculados con Siria y con el consentimiento de la Unión Europea y aliados en la región del Oriente Medio.
De igual forma, trasiega armas y apoyo logístico a las FDS desde porosas líneas fronterizas en el norte con Iraq, amedrenta a las poblaciones originales y confronta en peligrosas provocaciones a patrullas rusas, según muestran continuos videos y denuncias en las redes sociales y medios como Al Masdar, Sputnik, la agencia siria SANA o Russia Today, entre otros.
Frente a esta situación, que actualmente alcanza niveles de alta tensión, Rusia mantiene los acuerdos de cooperación con Siria desde la base de Hemymin, provincia de Latakia y el puerto de Tartus, establecidos legalmente y en consonancia con los canales oficiales.
Asimismo, desde los inicios de la crisis, Moscú estableció un centro de coordinaciòn en Hemymin para colaborar a la reconciliación y lograr una estabilidad negociada en más de dos mil localidades y una cifra superior a los 200 grupos radicales que abarcan regiones de Latakia, Homs, Hama, Deraá, Damasco y la provincia de igual nombre.
Para medios oficiales sirios y rusos, Estados Unidos provoca actualmente tensiones que van más allá de cualquier línea roja- según los términos a nivel mundial- y crea un ambiente de guerra presuntamente previsible sin precedentes en el Oriente Medio.
Fuente: Prensa Latina