Damasco, SANA
En la semana que concluye, Siria enfrenta una mayor intensificación de un bloqueo económico, comercial y financiero promovido desde Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados.
A esas acciones se une la recién aplicada Ley César, aprobada desde 2019 por el presidente estadounidense, Donald Trump, respaldada por una buena parte de los gobiernos europeos y de otros de la región del Oriente Medio, la cual aparentemente no incluye una presunta ayuda humanitaria que nunca llega.
Desde el 2006, en la administración de Barack Obama, se instrumentaron bloqueo de cuentas bancarias, prohibiciones comerciales, congelación de fondos y sanciones a un centenar de personalidades sirias y más de 200 empresas nacionales, ampliadas esta vez incluso, a terceros países que intenten colaborar con esta nación.
En sucesivas declaraciones y encuentros, limitados en cuanto a público por la presente pandemia de la Covid 19, los ciudadanos sirios rechazaron tales presiones en las principales ciudades del país.
Por su parte, el Gobierno aplicaba medidas para paliar los déficits para la importación, sobre todo, de insumos para el sector de la salud y medicamentos, entre ellos, antibióticos y piezas de repuesto destinados a equipos de respiración artificial, entre otros.
Los retos tratan de compensar el incremento de las medidas coercitivas y que hasta la fecha, están unidas a la guerra terroristas impuesta y que provocan, una disminución del 25 por ciento del Índice de Desarrollo Humano previsto por Naciones Unidas.
Esas presiones inciden además en la reducción del valor de la libra siria que actualmente se cotiza oficialmente a mil 256 por cada dólar, lo cual repercute en un alza ostensible de los precios de la mayoría de los productos de consumo popular.
No obstante, las medidas aplicadas permiten que en los seis primeros meses del presente año, los precios en general se redujeran en un 25 por ciento y se mantengan los subsidios al pan y la habilitación de fondos para el sistema estatal comercial, sobre todo de alimentos y en aras de aumentar la producción y el abastecimiento.
Hasta la fecha y de acuerdo con datos computados, Siria tiene pérdidas superiores a los 400 mil millones de dólares en todos los sectores a partir de fines del 2011 y ha logrado reubicar a más de cuatro millones de desplazados por la guerra de un total de seis millones, con un esfuerzo adicional de las autoridades y la colaboración de algunas organizaciones internacionales, entre ellos el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Este último organismo solicitó un fondo de 200 millones de dólares para continuar la asistencia a Siria pero hasta el momento no está definido puesto que provienen fundamentalmente de Estados Unidos y países de Europa Occidental.
Por otra parte, la Fundación Internacional de Jerusalén, Al Quds, a través de la asesora presidencial de Siria, Bouzeina Shabaan, afirmó que ‘no es una coincidencia que el terrorismo económico contra el pueblo sirio mediante la llamada ‘Ley César’ coincida con el plan de anexión sionista en los territorios palestinos’.
La funcionaria definió esa norma como una violación del derecho internacional.
Fuente: Prensa Latina